La Primavera del coronavirus
Primavera del 2020, una primavera atípica, recluidos en casa, esperando y suplicando para que esta pandemia del coronavirus que afecta a todo el mundo termine cuanto antes. Muchos de nosotros seguro que nos hacemos estas preguntas:
¿Acabará la subida de temperatura de la primavera con el coronavirus? ¿Ayudará la primavera a disminuir los contagios? ¿Rebajará la primavera el coronavirus?
Ojalá sea así, que la primavera barra este virus que tanto daño nos está provocando y tanto nos está haciendo sufrir. Entre los miles de mensajes que nos enviamos por las redes sociales, whatsapp…etc, me llegó un precioso poema-oración de una monja de Antequera, la hermana Lucia y aquí lo dejo para que nos ayude en estos momentos.
Una oración-poesía de una de las hermanas del Carmelo Teresiano de Antequera, Lucía Carmen de la Trinidad, y su reflexión ante la situación que estamos viviendo.
Si sabrá la primavera
que la estamos esperando…
Si se atreverá a cruzar
nuestros pueblos despoblados,
colgando en nuestros balcones
la magia de sus geranios.
Si dejará su sonrisa
esculpida en nuestros campos,
pintando nuestros jardines
de verde, de rojo y blanco.
Si sabrá la primavera
que la estamos esperando…
Cuando llegue y no nos vea
ni en las calles ni en los barrios,
cuando no escuche en el parque
el paso de los ancianos,
o el bullicio siempre alegre
de los chiquillos jugando.
Si creerá que equivocó
la fecha del calendario,
la cita que desde siempre
la convoca el mes de marzo.
Si sabrá la primavera
que la estamos esperando…
Cuando estalle jubilosa
llenando de puntos blancos
los almendros, los ciruelos,
los jazmines, los naranjos…
una lluvia de azahar
refrescando nuestros patios.
Y no vea que a la Virgen
la engalanan para el Paso,
y nadie alfombra sus pies
con pétalos y con nardos.
Que se ha guardado el incienso,
el trono, la cruz y el palio.
Y que Cristo, igual que todos,
está en su casa encerrado,
y no lo dejan salir
ni el Jueves ni el Viernes Santo…
¿Pensará la primavera
que tal vez se ha equivocado?
¿Escuchará los lamentos
de quien se quedó en el paro,
de quien trabaja a deshoras
por ayudar a su hermano,
de aquél que expone su vida
en silencio y olvidado?
¿Escuchará cada noche
los vítores, los aplausos
que regalamos con gozo
al personal sanitario?
¿Pensará la primavera
que tal vez se ha equivocado
y colgará sus colores
hasta la vuelta de un año?
Si sabrá la primavera
que la estamos esperando…
Que se nos prohíbe el beso,
que está prohibido el abrazo;
el corazón, sangre y fuego,
el corazón desangrado.
Si sabrá la primavera
que ya la estamos soñando…
Asomados al balcón
de la Esperanza, esperamos
como nunca, que ella vuelva
y nos regale el milagro
de ver florecer la vida
que hoy se nos va de las manos…
¡Bienvenida, primavera!
Hueles a incienso y a ramos,
con tu traje de colores
y los cantos de tus pájaros.
Ven a pintar de azul-cielo
esta tierra que habitamos.
¿No sentís que en este mundo
algo nuevo está brotando?
Si será la primavera
que está apresurando el paso…
Lucía Carmen de la Trinidad
Carmelita descalza. Antequera.
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