Plaza de San Román
En la Plaza de San Román encontramos una doble galería adintelada de gran belleza. Seguramente que se han preguntado alguna vez por qué esta galería tan hermosa está ahí. Pues realmente, su situación en esta plaza era inversa a la actual, ya que esta galería pertenecía al interior del Colegio de las religiosas de S. José. Pero, ¿desde cuándo está tal y como la conocemos ahora?. Pues bien, el alcalde D. Pablo Beltrán de Heredia, realizó las gestiones necesarias para llegar a un acuerdo con las religiosas del Colegio y dejar al exterior lo que hasta entonces solo se podía disfrutar desde el interior del Colegio. Así el 08/04/1977 quedó a la vista de todo el mundo esta hermosa galería.
Esta plaza se convirtió en uno de los rincones más significativos de la ciudad con esta oportuna iniciativa y tras la acertada reforma, el alcalde escribió:
«…que hubiera quedado absolutamente insulsa si no se hubiera dado la vuelta, para contemplar toda su belleza desde el exterior, a un claustro que estaba en el interior del Convento-Colegio de las Josefinas.»
Lo que no es tan conocido, es el origen de esta galería y sobre todo su aspecto original, pues la presencia del Colegio se debió a una reutilización de lo que fue en su día el patio del palacio del Conde de Francos. Este palacio estuvo situado aproximadamente en la actual Gran Vía. Derribado el palacio, sus distintas partes se aprovecharon pero no en una sola construcción sino en varias.
En la Iglesia de S. Julián, tenemos un casi desconocido e interesante sepulcro del Conde de Francos, cercano al lugar donde se alzó un día su casa. Hay una cartelera inferior al sepulcro en la que aparece la relación completa de sus cargos:
- Consulator del Santo Oficio
- Catedrático de Prima y Leyes de la Universidad de Salamanca
- Ministro del Consejo de Indias y del de la Cruzada
- Maestro de letras y costumbres del rey Carlos II … (entre otros)
Como final se lee:
«Esto que adora y adorar espera, es lo que tiene de la edad pasada, lo demás fue humo, sueño, sombra, nada.»
Como he hecho mención al Conde de Francos, muestro esta pequeña escultura que es una reproducción de la original que se encuentra en la Plaza del Poeta Iglesias homenajeando al mismísimo Conde de Francos y al arquitecto Alberto Churriguera, dos personas que hicieron posible que se llevara a cabo esta magnífica obra, la Plaza Mayor de Salamanca.
Que bien saber historias desconocidas, gracias Teresa.
Podemos contemplar muchos monumentos pero Salamanca tiene en interiores otros dignos de admiración que sólo unos pocos tienen acceso.
Gracias Teresa de nuevo.
Muchas gracias Mercedes por tu comentario. Para mí es un placer poder compartir estas historias que quizás no todo el mundo conozca y que merece la pena que se descubran. Comparto tu opinión de que el interior de los monumentos de Salamanca son dignos de admiración, pero no solo desde el punto de vista artístico, la historia que guardan lleva a descubrir una Salamanca que sobresalía y brillaba con luz propia no solo en España, sino en toda Europa.
Que historia tan interesante. Muchas gracias, por hacer que llegue a mucha gente con ganas de aprender?
Muchas gracias Quini por tu comentario. Encantada de poder compartir curiosidades e historias de Salamanca a través del blog, ya que de momento no puedo hacerlo de otra manera.
Saludos,
Teresa
PLAZA DE SAN ROMÁN
Claustro de antiguos paseos
de religiosos sinceros, de salmos sonoros,
claros, lentos…
Paseos con escapularios y oraciones,
que unieron hábitos de otros tiempos.
De la lectura al corazón y de ahí al cielo.
Armonía, columnas, círculos, rosas,
ritmo en orden simétrico.
Tocaron a maitines un día del frío enero.
Murmullo de devotos rezos.
Los breviarios, esperan en los sitiales
con elevados propósitos. ¡Tiempo!
¡La esquila conventual marca los tiempos!
La vida está hecha de momentos,
que unidos,
son el rosario de nuestro sentir sincero.
Quizás nuestro destino,
esté en nuestros rezos.
Un día afloraron deseos de cambiar.
La belleza se dio media vuelta,
dejó el ser convento.
¡Se volvió hacia la ciudad!,
¡Y quiso ser plaza en libertad!.
¡Como algunos monjes,
que libres te visitan ya!.
Como el dios Jano,
con dos caras,
representado en su altar.
Eres sorprendente y afortunada.
¡imaginación en piedra dorada
que transmite calma… y serenidad!
Saludos, Manuel Mena Martín
Gracias Manuel Mena por este nuevo poema, en esta ocasión dedicado a «La Plaza de San Román». Hay dos partes en él que me gustan especialmente: «La vida está hecha de momentos, que unidos, son el rosario de nuestro sentir sincero». Cuánta razón, ojalá que aprovecháramos más esos pequeños momentos y no busquemos y esperemos al futuro para disfrutar de la familia, de los amigos, en fin, de la vida misma.
La otra parte es: «La belleza se dio media vuelta, dejó de ser convento. ¡Se volvió hacia la ciudad! y quiso ser plaza en libertad». Ahí reflejas perfectamente lo que pasó con este claustro tan bonito, que gracias a la obra que hicieron, lo dejaron «en libertad», a la vista de la gente, del pueblo para admirar así toda su belleza.
Gracias de nuevo por tu ayuda y aportación.
Saludos,
Teresa