Rafael Farina «Mi Salamanca»
Esta entrada de blog la voy a dedicar a un cantante que iba pregonando su tierra por los cuatro vientos, el mejor embajador que ha tenido Salamanca, RAFAEL FARINA. Nacido en un pequeño pueblo de la provincia, en Martinamor, el 2 de junio de 1923 y conocido como Rafael Farina: Rafael Antonio Salazar Motos.
A continuación dejo el enlace para que podamos disfrutar de su famosísima “MI SALAMANCA”, con su prodigiosa voz, de increíble belleza, que aunque ya en este video no era un jovencito, deja patente que tenía un don del cielo.
www.youtube.com/watch?v=WfPViAskaW4
De raza gitana, sus padres, humildes tratantes de ganado, de vida trashumante, viajaban por tierras salmantinas cuando Rafael Salazar vino al mundo. Cantaba desde niño por las calles y bares de Salamanca, acompañado por su hermano «El Calderas de Salamanca», también cantaor, a cambio de la voluntad, hasta que marchó a Madrid y en 1949 formó parte en una función-homenaje al veterano cantaor Juanito Mojama.
Poco a poco fue perfeccionando y madurando su voz y su arte y la gente hablaba de él e iba a escuchar al joven de Salamanca. En la capital española llamó la atención por su estilo de fandangos. Lo contrató Antonio Márquez, matador de toros y a la vez representante de su esposa, Conchita Piquer, en cuya compañía estuvo dos temporadas, viajando a Hispanoamérica.
Los años 50 y 60 fueron sus años gloriosos. Ya se le conocía como una gran figura de la canción española, especialmente su mayor mérito y donde brillaba sin lugar a duda era en EL FANDANGO, al cual le daba su estilo propio y personal.
Dominaba varios palos flamencos, pero su popularidad la logró aflamencando canciones de corte popular, entre las que destacaron entre otras:
“Vino amargo”
“Mi Salamanca”
“Mi perro amigo”
“Martinamor es mi pueblo”
Grabó cerca de medio millar de canciones, cifra que ni él mismo conocía con exactitud. Lo anecdótico es que apenas sabía escribir. Alguien cercano transcribía sus improvisaciones hasta convertirlas en letras o bien, llegaba a un acuerdo con los autores para firmarlas a medias. Él después, las estrenaba y de ese modo los compositores se aseguraban un porcentaje en calidad de derechos de autor. Las hacía repetir a sus autores o a personas de su confianza, hasta lograr aprendérselas.
Sus pasiones eran su tierra, los toros, sus amigos y parte de estos temas aparecen reflejados en sus canciones. Rafael Farina cantó mucho a toreros como a Joselito, Juan Belmonte y sobre todo, a su paisano, Santiago Martín El Viti. Una característica es que en sus cantes, ya fueran a ritmo de pasodobles o zambras, incluía algún fandango, brevísimo a veces, poco más de un minuto, que además de ser una originalidad, eran como latigazos de flamenco y ponía la sensibilidad de los espectadores a flor de piel.
En tres ocasiones salió a hombros de sus admiradores, como si fuera un torero. Ocurrió en Melilla, en 1970; en Valencia, en 1972; y, en el Circo de Price, de Madrid, en 1974. Como curiosidades diré que entre los apelativos propagandísticos que se le han aplicado, el más utilizado en carteles fue el del “REY GITANO”.
Su última actuación fue el 12 de septiembre de 1995, en Salamanca, su tierra, a la que tanto cantó. Falleció dos meses después, el 21 de noviembre de 1995 a causa de un infarto de miocardio.
Salamanca le rindió homenaje con una estatua realizada por Agustín Casillas e inaugurada el 21 de noviembre de 1996, ubicada en la Vaguada de la Palma, antiguo “Barrio Chino”, donde él comenzó a cantar por los bares a cambio de la voluntad. Se puede decir que fue el mejor embajador de la ciudad y cantó “Mi Salamanca” por toda España y allende los mares.
Dejo otro enlace de la canción milonga-tango “VINO AMARGO”, mi favorita, para volver a deleitarnos con esa voz llena de registros, de fuerza, de claridad y con ecos cuajados de flamencura.
www.youtube.com/watch?v=Dm7iQnXE7fw
Fuentes:
“Rafael Salazar Motos.” Inicio, dbe.rah.es/biografias/9211/rafael-salazar-motos.
www.youtube.com/watch?v=WfPViAskaW4
www.youtube.com/watch?v=Dm7iQnXE7fw
Este blog dedicado a Farina me trae esos recuerdos jóvenes de mi época musical de acompañar a artistas en sus actuaciones.
Tuvo dos épocas importantes a mi parecer y observado por mí desde los fosos de las orquestas. Después de sus viajes por Sudamérica oía que venía reforzado de popularidad y así era, venía con cierta fama a los teatros de Salamanca (coliseum, gran vía e inclusive le acompañé en el teatro Bretón) y todos con éxito pero todo esto era mayormente en ferias.
Luego vino esa otra época de menos trabajo importante y pasó a sus actuaciones en cabaret y salas de fiestas donde el cachet ya venía a menos y mucho más trabajo. (Sábado 2 actuaciones y domingo 2 actuaciones también, donde le acompañé varias veces y viendo a su madre entre cortinas que siempre que venía Farina a Salamanca aparecía su madre atrás, entré bambalinas, nunca la vi sentada delante en butaca. Todo esto me ha venido al recuerdo de este hombre que tuve la suerte de acompañarle en diferentes sitios disfrutando de sus canciones y siempre agradeció a la orquesta su buen hacer. Manuel Rico
Muchas gracias D. Manuel Rico, (compañero de rondalla), por aportar a este blog tu experiencia y vivencias. Me alegro que te traiga buenos recuerdos de aquellos tiempos en que los artistas tenían que demostrar toda su valía en directo, cantando, bailando, tocando instrumentos, que no digo yo que ahora no se haga, pero menos que antes. Qué curiosa la anécdota de la madre, que viera la actuación de su hijo entre bambalinas en lugar de ponerse en primera fila. Todas estas cosas que nos cuentas me parecen muy interesantes. Te animo a que sigas compartiendo tus recuerdos musicales con todos nosotros.
Gracias de nuevo y saludos,
Teresa
Mauel, ¡¡ cuánto disfrutarías de aquel trabajo rodeado siempre de artistas!!
Los músicos de Salamanca erais excelentes. Y quien tuvo mantiene.
Doy fe de ello.
Que bonito recordar….
A RAFAEL FARINA
Junto a una esquina, sencilla y olvidada
Una imagen de Farina, Rafael,
Descubierto, con la mano levantada.
Saluda a su ciudad.
A la que con amor cantara.
Pupilas grandes, ademán sereno,
con una voz, grande de ensueño.
Sentía su cantar,
en el aire dibujaba la pena.
Voz que al mismo tiempo,
se diluye, y se despierta.
Voz que halaga y se lamenta,
Voz con emoción y fuerza,
alegre y desolada.
¡Única en la tierra!. ¡ Alma liberada!
En tu interior, nació la copla flamenca.
Tus fandangos, remueven la calma.
Se te admira más allá de los mares,
y en películas que tus canciones guardan.
Salamanca te recuerda, en calles de leyenda,
Con la chaquetilla clara,
Con el pantalón de franela,
Con ademán de niño que canta en terrazas,
también en plazuelas,
y en los bares de tapeo,… ¡por unas monedas!.
Muchas gracias Manuel Mena por este nuevo poema dedicado a Rafael Farina. Lo que reflejas en él, es el sentimiento que a mi me produce escuchar a este gran cantante, esa voz con una gran fuerza que emociona, con esos fandangos tan particulares suyos, propios y al mismo tiempo haces mención a sus orígenes, cuando ya de jovencito, cantaba tan solo por unas monedas. Gracias de nuevo por tu colaboración.
Saludos, Teresa
Como siempre bellas palabras. Que bonito es leerte.
Bonita historia Teresa.
Tiempos duros aquellos que cuentan nuestros mayores.
Cuando canto » mi Salamanca » que es » su Salamanca » siempre digo eso que tú has escrito….
Nuestro embajador.
Gracias Teresa.
Gracias Mercedes por tus comentarios. Oye qué grata sorpresa leer que tú también cantas «Mi Salamanca», me encantaría escucharla con tu magnífica voz, así que, cuando termine la cuarentena y la rondalla vuelva a reunirse, nos la tienes que cantar, para recordar al gran embajador de nuestra tierra, su voz y cómo no, a nuestra Salamanca que en estos tiempos duros no podemos ni siquiera dar un pequeño paseo por sus calles y admirar toda su grandeza. Gracias de nuevo.
Saludos, Teresa