Grutescos de «Las Dueñas»
Esta entrada de blog voy a dedicarla a los grutescos del claustro del convento de “Las Dueñas” o de las madres dominicas. Se puede decir es una de las mejores obras del plateresco español del S. XVI.
El claustro, dividido en dos plantas, posee capiteles tanto en la parte inferior como en la superior que muestran exquisitas obras labradas en piedra donde destacan:
- Medallones
- Escudos de la orden
- Pequeños angelillos
- Veneras, guirnaldas, flores
- Calaveras
- Seres híbridos, retorcidos…
Estas figuras, además de sorprendernos, a veces nos causan espanto, otras desconcierto, otras ternura.
Además de este dispendio de arte, todo el conjunto está bajo una simetría perfecta, las figuras se repiten tanto a la derecha como a la izquierda para dar forma de candelabro perfecto, técnica del “candelieri”.
En el claustro del convento de las Dueñas encontramos movimiento, expresividad, monstruosidad, mezcla de lo real e irreal, de lo divino y de lo humano, de elementos vegetales con cuerpos humanos, de cabezas de hombre con cuerpos de mujer.
¡Qué derroche de imaginación de los artistas que esculpieron todas estas figuras! Aunque se desconocen los nombres de los autores, merecen el mayor reconocimiento al dejarnos para el disfrute de “las dueñas”, de las madres dominicas y ahora también de los turistas y salmantinos este magnífico claustro con sus grutescos.
CAPITELES DE LAS DUEÑAS.
Mis pasos van dejando
huecos de silencio,
sobre las losas del claustro alto,
que acapara mis sentimientos.
¿Capiteles de las Dueñas!
Extrañas imágenes
en posturas forzadas.
Quejidos, soplos, gritos, dolor.
Sorpresa, desconcierto, imaginación.
Uno de los capiteles, llama mi atención.
Me detengo.
Observo una figura
con cuerpo y patas de cabra,
cara casi humana,
ojos grandes y circulares,
boca abierta, gritos de dolor,
viva expresión, del mismo terror.
Unos pasos mas adelante
un ser extraño mira de frente,
ojos abiertos, pelo con bucles,
brazos elevados, que son vegetales,
los pies finos huesos de animal.
Extraña expresión de malestar.
Claustro asimétrico
que unido a lo irreal,
crea una belleza diabólica…
y excepcional.
¿Qué se quiere expresar?
La fealdad a la vista pronto se va.
En piedra dura más.
Sabias manos,
que tallan el horror humano,
y producen temor,
en imágenes bellas de verdad,
pobladas de imaginación.
Contrastes entre lo divino y lo terrenal
dinamismo y quietud, violencia y paz.
¿Capiteles de las Dueñas!
Quien hizo esos diseños,
algo impresionante quiso expresar,
nosotros al observarlos,
intentamos reflexionar.
Premios y castigos, tortura y bondad,
forman parte de nuestra vida,
y quizás…
de la eternidad.
Muchas gracias Manuel Mena por este nuevo poema «hecho a medida» que encaja a la perfección con las figuras y grutescos de los capiteles de «Las Dueñas». Te sales del mapa con tus juegos de palabras tan exquisitamente entrelazadas. De nuevo, gracias por tu ayuda.
Saludos,
Teresa